Natalia Figueroa: “Un lenguaje preciso y puro puede no funcionar si lo que se busca es la sencillez”

 

N Figueroa
Acaba de salir su traducción de Diario de exilio de Yannis Ritsos (Cuadro de Tiza, 2015) y el año pasado Das Kapital publicó Una mujer sola siempre llama la atención en un pueblo, un libro que es también un itinerario, una libreta de apuntes sobre viajar y encontrarse, sobre crecer y deslumbrarse. Natalia Figueroa (La Serena, 1983), profesora de literatura en la Universidad de La Serena, nos habla sobre su relación con la poesía griega, algunos títulos clave en su formación literaria y el oficio de escribir/traducir.

1.Una banda, una película u otra obra (que no sea un libro) que haya tenido un impacto decisivo en lo que escribes. 

Así como un “impacto decisivo”, creo que ninguna.

2. Hablemos de los caracoles: el caracol de la portada de Una mujer sola…, los caracoles en tus poemas, ¿son metáforas o simple afición?

Ambos. Durante un viaje, llegué por casualidad a la parcela de un hombre que me mostró a mí y a sus otros invitados su nueva afición: criar caracoles para comercializar. Entramos a un invernadero enorme, lleno de caracoles, agrupados por tamaño. Tomó uno y comenzó a hacerle cariño, porque dijo que disfrutaban mucho si uno les pasaba el dedo por su pie o cuerpo. El caracol se dilató y casi salió por completo de su concha. Entonces este hombre lo puso en mi mano y tal como él, le hice cariño. Creo que nunca me había fijado en los caracoles hasta ese momento, y quedé un poco deslumbrada, digamos, ante esa vida tan “pequeña”. Después investigué sobre ellos y cuando volví a Chile tuve tres caracoles en mi casa, en un gomero, pero estaba como obsesionada con ellos, los miraba mucho, con lupa incluso, en el fondo no los dejé tranquilos y luego de unos meses murieron. Esas historias están en mi libro. Su simbolismo, por otra parte, marcado por la concha espiral que ellos van construyendo, el hecho de avanzar con su escondite o casa a cuestas, entre otros, fue significativo en varios sentidos para mi libro, que tiene como uno de sus motivos el del viaje.

3.Una breve descripción de cómo son tus jornadas de escritura y lectura. 

Hay temas o estilos que me van interesando y que voy probando en mi propia escritura, de acuerdo a pensamientos, estados emocionales y/o ideas que me van rondando. Como hago clases de literatura, aprovecho de estructurar mis cursos según estos temas, lo que me obliga —con mucho gusto eso sí— a leer e investigar harto, y así por ejemplo he armado últimamente clases sobre la función de conjuro en la poesía, las estructuras de repetición, etc. Pero la verdad es que no tengo un plan definido y a veces salen poemas aparentemente de la nada.

4. Partiendo de la pregunta que abre Navarro Geisse en Los nortes que hay en el norte, ¿a qué norte perteneces? ¿Tiene alguna influencia en tu trabajo la, digámoslo así, dimensión territorial?

Soy de La Serena, pero en mi trabajo no tiene influencia la dimensión territorial.

5. Me parece que en Una mujer sola… hacen eco aquellas palabras que Millán anotara en Veneno de escorpión azul: “Lo propio de la poesía es la poda”. Cuéntanos cómo se fue escribiendo ese primer libro.

Sí, hubo harta poda. Pero a veces podaba tanto, que el poema perdía naturalidad y quedaba como una caja cuadrada y seca, entonces tenía que volver al original, y así. La ultracorrección y la búsqueda de un lenguaje preciso y puro pueden no funcionar si lo que se busca es la sencillez y la simpleza en el decir.

6. ¿Cómo ves el estado de la crítica literaria en Chile? ¿Lees crítica literaria? 

Sí leo. Hay en boga distintos discursos y maneras de abordar el ejercicio critico. Los medios digitales diversificaron en todo sentido una crítica que antes era ejercida por unos pocos desde los diarios o la academia, y con un discurso bastante predecible dados los marcos teóricos —las convicciones— de quienes las hacían. De modo que esta diversificación me parece sana, aun cuando algunos registros son todavía herméticos en conceptualizaciones teóricas extranjeras que son usadas como credos o bien como formas de interpretación que ya son muy obvias en sus líneas de desarrollo, y por eso poco originales, poco dejando respirar al texto mismo también. Creo que eso obstaculiza ciertamente la lectura de lenguajes poéticos que no hablan desde la deconstrucción, la sospecha o la metaliteratura, aunque bueno, hay libros que hablan desde ahí y para ellos puede que ese tipo de crítica funcione. Hay, como te digo, de todo.

7. Háblanos de algunos lineamientos de tu, permítenos llamarla así, poética. ¿Qué imágenes o preguntas o temas se reiteran en tus libros? 

Mis poemas expresan búsquedas que me inquietan y que por lo general tienen que ver con cómo acercarse al otro o sentirse algo mejor dentro de un mundo que me parece que está bien deprimente en muchos sentidos. Me interesan, entonces, las situaciones vitales y mi punto de habla es el de quien está inmerso en lo que dice.

8. Acaba de salir una traducción tuya de Diario de exilio de Yannis Ritsos, editado por Cuadro de Tiza. Háblanos un poco sobre cómo surge ese proyecto y sobre cómo fue el proceso de traducción.

Comencé traduciendo las letras de las canciones de un disco que oía mucho y, al hacerlo, me fui dando cuenta de que esas letras eran poemas de poetas griegos. Luego busqué directamente textos de poetas que ya me gustaban (Elytis y Ritsos), todo esto para mantener una práctica constante del idioma. Así llegué al libro Diarios de exilio de Ritsos, que no había sido traducido al español, entonces eso me entusiasmó más. El proceso de traducción fue muy lento, con diccionario y libro de gramática al lado, con consultas a amigos griegos, con mucha revisión y corrección. Publiqué unos en Facebook de forma bien irregular y ahí los editores de Cuadro de Tiza me contactaron y armamos esa plaquette, que es una selección de poemas del libro. Ahora trabajo para Borde Libre Ediciones, de La Serena, en la traducción de otro libro de Ritsos llamado Canción para mi hermana, que tiene un registro distinto al de Diarios de exilio.

9. En ese mismo sentido: ¿cómo surge tu interés por la poesía griega?

Hace años leí un libro de Kazantzakis que disfruté mucho. Después busqué otros del mismo autor y finalmente, cayó en mis manos la Odisea de Kazantzakis. Cuando supe que su traductor era un profesor chileno —Miguel Castillo Didier—, me sentí impresionada y fui al Centro de Estudios Griegos que él dirige, decidida a tomar un curso sobre literatura griega con él. Pero ese semestre, el profesor únicamente dictaba un curso: Griego Moderno I, en el que me inscribí, más que por el idioma, por la posibilidad de poder aprender directamente del bagaje de este profesor. Ese curso fue muy bonito, ya que mostraba la variación del idioma griego, desde el antiguo hasta el moderno y tenía mucha etimología. Después fui a varios otros ramos con Castillo, más irregularmente eso sí, recuerdo uno que era sólo sobre Kavafis o que fueron como cuatro clases seguidas sobre él, y así, poco a poco, fui y he ido descubriendo la poesía griega.

10. Algunas editoriales cuyos catálogos te llamen la atención. 

Ediciones Kultrún, Ajiaco, La Pollera Ediciones, Garceta y la recientemente creada Overol.

11. ¿Qué estás leyendo ahora?

Un libro sobre la vida de la poeta cubana Georgina Herrera.

12.  Parece haber cierto consenso generalizado en torno a ciertas obras decisivas en la formación literaria en general (los clásicos de siempre: Cervantes, Homero, Borges, etc.): ¿podrías nombrar cinco títulos que no entren en esta categoría que hayan sido fundamentales para ti?

Creo que “fundamental” es una palabra demasiado grande. Soy fan de libros con personajes adolescentes como El guardián entre el centeno, El corazón es un cazador solitario y El gran Meaulnes, pero si citas a Borges como clásico, para mí estos también pueden serlo. Hay unos libros que me marcaron pero en un sentido más perjudicial, ya que son muy nihilistas y depres: Viaje al fin de la noche de Céline y Hombre en suspenso de Bellow. Por eso un poco de humor a lo John Kennedy Toole en La conjura de los necios, siempre es bienvenido.

13. Un autor o libro clásico que te pareció decepcionante. 

Ninguno hasta donde recuerde.

14. ¿Qué otros autores te interesan y crees que deberíamos entrevistar aquí? 

En poesía, me interesa y me gusta lo que escriben muchísimos autores y autoras chilenos/as, de distintas generaciones, pero por varias razones, no sé si me interesaría leerlos a todos en este formato de entrevista. Tal vez a Andrés Florit, Verónica Jiménez Dotte, Gustavo Barrera, Damaris Calderón y Benjamín León, todos con proyectos y opiniones muy diferentes.

15. Un video de Youtube que hayas visto últimamente.

The eye of the tiger de Kate Perry.

Jonnathan Opazo

Publicó "Junkopia" (2016), "Cangrejos" (2018), "Baja fidelidad" (2019) y "Cian" (2019).

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