Imágenes de infancia y adolescencia (Manuel Rojas)

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Imágenes de infancia y adolescencia

Manuel Rojas

Tajamar editores (2016)

ISBN 978-956-9043-93-2

292 páginas

 

La memoria en Manuel Rojas no es meramente evocativa, sino que un elemento activo de creación. Ahí donde va el recuerdo enlaza con la creatividad y da pie a algo nuevo. Su literatura no es  sólo biográfica aunque sería inimaginable sin esa biografía, a pesar de que esta no debe haber sido muy distinta a la de tanta otra gente pobre de nuestro país en esos años, viviendo malamente en conventillos, desplazándose de un lugar a otro en busca de trabajo, dejando el colegio a corta edad o jamás asistiendo. Sería inútil buscar de dónde emana la singularidad de Manuel Rojas, qué específicamente  la provoca y, sin embargo, debe ser una de las preguntas más interesantes sobre él.

Nunca he podido pensar como pudiera hacerlo un metro, línea tras línea, centímetro tras centímetro, hasta llegar a ciento o a mil; y mi memoria no es mucho mejor: salta de un hecho a otro y toma a veces los que aparecen primero, volviendo sobre sus pasos sólo cuando los otros, más perezosos o más densos, empiezan a surgir a su vez desde el fondo de la vida pasada.

Cada obra, desde las más imaginativas a aquellas que contienen mayores referencias directas, se asienta de una forma u otra en la propia experiencia vital de Manuel Rojas. Por eso resulta tan valioso para cualquier lector adentrarse en sus memorias.

De ahí la importancia de la noticia de que Tajamar Editores acabe de reeditar “Imágenes de infancia y adolescencia”, publicado originalmente y de manera póstuma en el año 1983, el que poseía como antecedente el libro titulado simplemente “Imágenes de infancia” editado por Babel en 1955 y que cronológicamente llegaba en la vida de Manuel Rojas hasta alrededor de 1910.

Es necesario hacer un poco de contexto, ya que hay diferencias entre cada una de las ediciones mencionadas de este volumen. La publicación del año 1983, bajo el título que conserva hasta el día de hoy de “Imágenes de infancia y adolescencia”, se distingue de su predecesor editado por Babel, porque acrecentó en los recuerdos de Manuel Rojas para hacerlos avanzar en el tiempo desde su partida de Rosario “en viaje hacia Buenos Aires primero y hasta Mendoza después, acercándonos a Chile y a muchas partes” (página 136, Imágenes de infancia y adolescencia, ed. Tajamar, es decir, donde acaba lo que editado por Babel se conocía simplemente como Imágenes de infancia) infancia que termina, según el autor “al aparecer el cometa Halley”, para, en los escritos posteriores, sumar sus años en Chile, la separación de su madre, su trabajo en la cordillera (episodio de donde surge su primer cuento, Laguna) y en general el aprendizaje de sus primeros oficios, lo que también significó su acercamiento al anarquismo, etc. Fue en ese momento, al adicionar los episodios que señalo, en que pareció nacer la necesidad de cambiar el nombre del libro; ante la amplitud de los recuerdos en los que trabajó el autor. Sin embargo, se trata de un trabajo que Manuel Rojas no llegó a acabar; presumiblemente su intención era continuar con sus memorias hasta una etapa adulta, pero no sólo la vida, sino que el hecho de sumergirse en su obra narrativa una y otra vez, hacían que este trabajo quedara de lado.

Como decía, “Imágenes de infancia y adolescencia” se trata de un libro memorialístico, un acceso directo a los recuerdos que el autor comenzó en 1931 cuando publicó en la revista Atenea la crónica Imágenes de Buenos Aires – Barrio Boedo y que iría acrecentando al profundizar en su autobiografía.

Finalmente, esta nueva edición de Imágenes… por Tajamar, en estricto rigor no es sólo una reedición, ya que difiere de su predecesor en algo esencial: cuando se publicó por primera vez bajo este título en 1983, se omitieron las carillas finales, exactamente dieciséis carillas que aumentaban el volumen y que narran algunos momentos juveniles de Manuel Rojas o, como con mayor precisión señala Juan Guerra en el prólogo de este volumen “Rojas continúa en ellas la escritura con avances y retrocesos en el tiempo, convocando sus últimos años de juventud” (pág 17). Aquella  remota decisión editorial —la de eliminar en 1983 dichas carillas que formaban parte del conjunto— se justificaría bajo la intención más bien comercial de dar un cierre al relato de cara al lector, de no hacerlo parecer algo inconcluso, como realmente lo es. Lo que hace Tajamar es, por el contrario, publicarlo de manera íntegra, señalando dónde se insertan las carillas, dónde comienza y termina dicha sección. Es, de este modo, una publicación completa o íntegra y no una reedición. Además está complementada con fotografías de la época exacta y lugares que visita Manuel Rojas, lo que permite confrontar las descripciones del escritor con las reproducciones de los lugares, fotografías que en sí mismas constituyen un documento valioso y bellísimo. Finalmente, además de la consabida cronología de la vida de Rojas, están los textos publicados en diversas revistas a que dieron pie algunos de los fragmentos de Imágenes… Es, de esta forma, no sólo un rescate de un libro esencial para comprender la obra del escritor chileno, conocer su vida e indagar en sus temáticas, sino que también se trata de una publicación que respeta cabalmente los textos del escritor, incluso en su carácter de inconcluso (lo que no obsta a que posea un irreprochable trabajo de edición). Finalmente hace el esfuerzo de ir más allá, al adicionar las fotografías de las calles, lugares y épocas involucradas, lo que debe haber demandado una investigación importante.

De esta manera es que Imágenes de infancia y adolescencia, en esta nueva edición, se convierte en un documento valiosísimo para cualquier lector que admire la obra de Manuel Rojas, ya que por fin permite conocer estos textos de manera íntegra, en una bella y cuidada edición, además de poseer el complemento gráfico de las fotografías de época, que otorgan una  mirada inmediata de los barrios y lugares de los que habla el autor.

G. Soto A.

Cofundador y administrador de Loqueleímos.com. Autor de "Liquidar al adversario" (2019, Libros de Mentira).

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