El último encuentro (Sándor Márai)

El último encuentro | A gyertyák csonkig égnek (1942)
Salamandra (1999)
ISBN: 9788498384284
Sándor Márai (1900 – 1989)
192 páginas
Precio referencial: $ 7000
Así de poderosa es la naturaleza humana: uno no puede vivir de otra manera, tiene que hallar dentro de sí y obtener de los demás la respuesta que reconoce como la auténtica y verdadera pregunta de su vida.
Dos amigos se vuelven a juntar después de más de cuarenta años sin verse. Los últimos días de la vida de ambos parecen aguardar pacientemente a que decidan encontrarse. El momento en el que ocurre esta situación y por qué se llegó a ella, es lo que describe el novelista húngaro Sándor Márai en El último encuentro, breve novela que en base a una conversación, como muchas veces ocurre en la literatura, aborda temas algo más complejos.
Henrick, hijo del guardia imperial húngaro, y Konrád se conocen y convierten en amigos inseparables durante la infancia. Las diferencias en los orígenes de ambos yacen escondidas tras los juegos de niñez e historias de adolescencia. Es en la juventud, durante su formación en la Academia Militar de Viena, que el origen humilde de uno se hará evidente para el otro, pero esta situación de ningún modo causará el alejamiento de ambos, tampoco las diferencias en sus personalidades o los distintos rumbos que siguieron en sus vidas.
Cuatro décadas después de la separación, Henrick ha tenido mucho tiempo para pensar, pues tras la repentina partida de Konrád, inmediatamente después ocurre el distanciamiento de Krisztina, su mujer. Permanecerá entonces en su casona, acompañado solamente por Nini, su sirvienta, y por todas las palabras y acciones, esos recuerdos repetidos una y otra vez durante más de cuarenta años. Sin embargo esto no fue suficiente para Henrick. Y no hizo más que esperar, pacientemente, el regreso de su amigo –a quien, pese a todo, seguía considerándolo como tal–. Necesitaba hacerle una pregunta, esperaba simplemente una respuesta, y todo quedaría aclarado. De nada le servía la confesión de su esposa, las palabras de un diario de vida o el actuar de su amigo, sino que era y seguía siendo necesario regresar al pasado, buscar esas palabras que no fueron dichas, obligarlas a hacerse presentes en esa habitación, a la luz de una cálida fogata y con dos ancianos, viejos amigos, observándose.


Lo peor es cuando intentamos albergar dentro de nosotros las emociones que la soledad ha generado en nuestra alma. Cuando no echamos a correr. Cuando no intentamos matar a nadie. ¿Qué hacemos entonces? Vivir, esperar, mantener el orden a nuestro alrededor. Vivir respetando un rito pagano y mundano… como un monje… aunque los monjes lo tienen más fácil, porque tienen fe. Las personas que entregan su alma y su destino a la soledad no tienen fe.

Lo que Henrick desea de este encuentro es llegar a la verdad, pues la realidad ya la conoce, las acciones por sí mismas no representan la verdad. Necesita obtener respuestas. Así, mediante una pausada conversación –que bien transmite esa templanza propia de quien ya no tiene nada más que esperar– el autor ahonda en la naturaleza de las relaciones humanas. Con una prosa sencilla, sin mayores adornos, describiendo correctamente situaciones y escenarios que se entremezclan con la incansable búsqueda de la verdad de uno de sus personajes. Incansable para Henrick y tal vez para el mismo Sándor Márai, quien finalmente se quita la vida con un arma de fuego 47 años después de haber escrito esta novela.
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Publicado por el equipo de Loqueleímos.com

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