Tiempo y escritura. El diario y los escritos autobiográficos de Luis Oyarzún (Olga Grau)

Reseña remitida por:
Freddy Fuentes
 
Tiempo y escritura. El diario y los escritos autobiográficos de Luis Oyarzún (2009)
Olga Grau Duhart (fecha desconocida)
Editorial Universitaria
251 páginas

Precio referencial $10.200

 
     Tiempo y escritura. El diario y los escritos autobiográficos de Luis Oyarzún, de Olga Grau Duhart, fue editado en 2009 por Editorial Universitaria. En este libro, la autora investiga en torno a la escritura reflexiva del filósofo chileno Luis Oyarzún, motivada por revelar su concepción temporal que, de alguna manera, cree que se relaciona con sus escritos publicados. Para ello, Olga Grau profundiza en los diarios íntimos del filósofo chileno, donde encuentra pistas acerca del carácter fragmentario que impregna su obra.
     En el libro, la autora indica que los diarios de Oyarzún nacieron probablemente en un momento decisivo para el filósofo, cuando comenzó a tomar conciencia de la importancia de su historia personal, y de que ésta se construía por medio de la escritura. Pero también el libro deja ver momentos en que aparece el deseo del filósofo de abstraerse de ese yo tan abrumador que ocasiona la posmodernidad: «Hay un trance de beatitud que me hace feliz sacándome del tiempo y del yo» (p. 95). Tal parece que Oyarzún, a trazos, vivió procesos de desintegración en ese tiempo que constituye el cuerpo de su escritura íntima. El diario, como indica Olga Grau, es un modo de robar al olvido lo que sucede a un individuo (p.34). Pero también hay en este ejercicio un deseo de escribir lo que finalmente no se escribe. O que, mejor dicho, se escribe de manera ambigua e implícita. Es ahí cuando el diario es también el recordatorio de lo que no se quiere recordar. El diario de vida surge en la historia de la literatura como un instrumento indispensable para retratar el contexto emocional del autor, de ese pequeño dios creador que se bate en duelo con ese mundo que ama y odia a la vez.
     Respecto a lo anterior, hay un párrafo de la autora que refleja esta lucha del hombre posmoderno por adecuarse a la realidad fragmentaria y esquiva que lo rodea, y que lo confina, luego, a una “dislocación” con su entorno inmediato: «El ser humano parece no tener congruencia con nada, le es difícil la aceptación “lisa y llana” de la vida; algo de lo humano no tiene nunca lugar, está fuera de toda realidad y por ello puede entenderse el deseo de plenitud, al cual se accede “olvidando los recuerdos”, en la más pura contemplación (…)» (p. 158)
     En este punto, me parece que Olga Grau llega a un asunto clave: lo que hemos aprendido de la mano de Heidegger a denominar ser-en-el-mundo. Allí la propuesta conceptual de la autora me parece asombrosa, pero, sin embargo, no me asombra en su contenido. ¿La razón? Basta observar —recordar, más precisamente— algunos capítulos de la historia de la literatura y nos encontraremos con esta incongruencia a la que Olga Grau hace referencia. La relación tormentosa entre sujeto-realidad en Kafka, por ejemplo. Y más allá de eso, queda un sabor a que lo que dice Olga Grau es una verdad casi incuestionable en el transcurrir diario de nuestras vidas. Ser-en-el-mundo, siguiendo a Heidegger, es la realidad que toda la historia de la humanidad había ignorado o deseado ignorar, quizás por miedo, o quizás porque aún no surgían estos problemas existenciales a los que se ve enfrentado el hombre moderno desde finales del siglo XIX.  
     Pero debemos tener en claro que el género del diario, y de la autobiografía sobre todo, no es nuevo en literatura. Ya había sido explorado por autores clásicos como Dickens, Charlotte Brontë y Conrad, por nombrar algunos, que “disfrazaban” sus propias vidas en sus más grandes creaciones, género que llega a su máxima expresión en la escritura compleja y “posmoderna” de Marcel Proust. Todos ellos han sido objeto de un sinnúmero de estudios y capítulos de libros de referencia que muchas veces entorpecen (a la vez que enriquecen) el disfrute de la literatura misma. Sin embargo, lo que Olga Grau se propone aquí es revisar la intimidad misma del autor, y creo que es allí donde su libro gana un terreno maravilloso para instalarse en nuestra memoria literaria. Tiempo y escritura es un libro de un gran valor cultural para el país, país que a ratos desconoce a sus héroes intelectuales, que no obstante siempre vuelven a resurgir, como el Fénix, por la pluma ágil de autores preocupados por nuestro pasado e historia en común.
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Publicado por el equipo de Loqueleímos.com

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