Diez (Juan Emar)

Diez (1937)
Juan Emar (1893-1964)
176 Páginas
Tajamar Ediciones (año 2006)
Precio Referencia $8.500Para intentar con mediano éxito entender Diez del escritor chileno Juan Emar hay que leerlo teniendo como punto de partida el contexto en el cual fue escrito. Era principios de siglo en Chile (s. XX), y en nuestra literatura reinaba el criollismo, se escribía sobre los campos y sobre el hombre y la tierra. Ello no debe sonar a critica, pero a Juan Emar (seudónimo proveniente de una transformación fonética del francés J’en ai marre, que quiere decir “estoy harto”) aquella corriente le quedaba francamente pequeña. Él era un hombre retraído, pero de mundo, y nuestra literatura chilena tenía mucho de provincial. En aquella misma época nos encontramos en Europa con el nacimiento de fuertes corrientes artísticas y culturales, el cubismo, un poco después el surrealismo, el creacionismo en Chile mismo, etc. En aquella época, además, era muy importante adscribirse a alguna tendencia, romper con lo establecido, crear en todo el sentido de la palabra, hacer del arte un motor del mundo. Hoy en día, claro está, ya no existen grandes corrientes culturales, ni podemos citar de memoria a cuál correspondería cada uno de los autores de nuestro siglo, quizás por ello nos sea más difícil comprender ese aspecto rupturista y casi ideológico. Diferente fue en la época de Emar, y él mismo, entre todos ellos, fue un aventajado.Juan Emar es único en su tipo en nuestra literatura nacional –y seguramente también a nivel sudamericano– y en tal entendido me parece que debe ser leído. Su libro de cuentos llamado Diez, es una de las muestras más claras sobre su originalidad y sobre la radicalidad de su propuesta. Se le incluyó entre los surrealistas, los creacionistas, en el cubismo, se le ha llamado reiteradamente Kafkiano (y no olvidemos que las primeras traducciones de Kafka al español comenzaron a circular con posterioridad al año 1940, es decir, posteriormente a este libro de cuentos), y todo ello, al leer Diez, parece acertado, todo a la vez, incluso en sus inconsecuencias. Diez tiene una construcción simbolista, un lenguaje muchas veces más cercano a las matemáticas que al arte de las letras (largas enumeraciones, referencias métricas a un sinfín de lo que parecieran ser sinsentidos), y sin embargo, todo él en función de sus narraciones, de la estructura de sus relatos, cuentos sometidos a su vez, de manera muy latente, a la supraestructura que conforma el libro con sus diez narraciones como totalidad; las formas no han sido dejadas de lado, y son materia de análisis para entender el fondo mismo.

Juan Emar es como Kafka, y es como Huidobro, y sin embargo, no es como ninguno de los dos al mismo tiempo. Si han leído a Kafka sabrán apreciar a Emar, le darán la oportunidad de entender de qué se trata su propuesta, su ruptura con todo el arte existente en su época y lograrán entender por qué aún se mantiene vigente y por qué hay tantos tratando de recuperarlo del semi anonimato. Si han leído a Huidobro entenderán el afán creador de Emar, toda su fantasía, todo su realismo nuevo. Y si cotejan las fechas, los años, las épocas, se darán cuenta que acá hay un precursor, uno de los pocos a los que podríamos catalogar como verdaderamente originales. En mi humilde opinión, pocos ha habido tan grandes como Emar en la literatura chilena y sudamericana, no obstante, su figura sigue existiendo en un segundo plano.

En el prologo que Neruda hizo a una de las ediciones de Diez de Juan Emar señaló lo siguiente, frase que usaré como corolario a esta pequeña reseña: “Y sépase que este antecesor de todos, en su tranquilo delirio, nos dejó como testimonio un mundo vivo y poblado por la irrealidad siempre inseparable de lo más duradero”. Nosotros hemos tenido entre los nuestros a un creador de lo que aún no había sido siquiera nombrado.

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Publicado por el equipo de Loqueleímos.com

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5 Comments

  1. says: Anonymous

    Muy buena reseña.<br /><br />Debo decir que es algo muy atractivo cómo Juan Emar conocía y dominaba temáticas sobre la ciencia en general -se pueden hasta reconocer términos de la termodinámica- y sobre la física en particular. <br /><br />Llama mucho la atención que tampoco se reconoció vanguardista, pues como dice la reseña, no era de un lado ni del otro. En buen chileno, no estaba ni ahí con

  2. says: S.

    Stephanie, Macarena…<br />Ambas manifiestan una dificultad de entendimiento con respecto a Emar. Tiene lógica. Y es por eso que al hacer esta reseña proponía leer a Emar dentro del contexto histórico y su importancia, porque tratar de descifrar &quot;el motivo&quot; en uno de sus cuentos es como tratar de entender el tema en una pintura abstracta.<br />Emar no pretende escribir dejando una

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